El tornillo. Según el material en que estén fabricados, los tornillos pueden clasificarse en metálicos (hierro, latón, etc.), de madera, plásticos. Etc. Por la forma de la cabeza en planos, redondos , hexagonales, etc. Por el tipo de rosca, en tronillos a derecha y a izquierda, de una o varias entradas, de roscas de sujeción, finas o roscas de gas y, dentro de ellas, de rosca métrica. Finalmente por sus aplicaciones pueden clasificarse en tornillos de ensamblaje y de transformación de movimientos; los primeros se utilizan para ensamblar piezas de materiales diversos y los segundos, para transformar movimientos rotativos en lineales. En este último caso, la transformación se efectúa por el movimiento rotativo de un tornillo, como en el sentido axial y que, engranado en una tuerca, la obliga a desplazarse a lo largo del tronillo mientras éste va girando.
TORNILLO SIN FIN
El tornillo sin fin es un caso particular de la rueda helicoidal cuando el ángulo es recto y una grande y la otra, que es la motriz, es pequeña. El tornillo sin fin es siempre la rueda de menor radio, siendo su número de dientes igual al número de hilos que tiene la hélice (fluctúa entre 1 y 5). Este mecanismo permite una fuerte reducción de velocidades. Escogiendo bien los parámetros que lo caracterizan para convertirse en un excelente freno, ya que el sentido de giro es irreversible. Sin embargo, el bajo rendimiento hace que se prefieran tornillos sin fin con frenado independiente.