La rueda.
La polea o rueda.
Por el canal o garganta de la circunferencia pasa una cuerda, cable o cadena, en cuyos extremos actúa la potencia y la resistencia. La polea puede ser fija, cuando gira alrededor de su eje sin cambiar la posición del espacio, y móvil, cuando además de girar se desplaza en el espacio. En la polea fija la potencia aplicada para levantar un cuerpo es igual a la resistencia que opone en mismo. En la polea móvil de cuerdas paralelas, la potencia aplicada, en ausencia de rozamientos, es igual a la mitad de la resistencia. Con objeto de disminuir el valor de la potencia se construyen combinaciones de poleas fijas y móviles denominadas aparejos o polipastos. Las poleas al transmitir el movimiento de un árbol al otro, pueden variar su velocidad. Las velocidades angulares de rotación (medidas generalmente en revoluciones por minuto) están en relación inversa a los diámetros de las poleas. Así, si la polea conducida tiene un diámetro doble que la polea conductora, su velocidad de giro será la mitad de ésta. Las poleas sirven también para cambiar la dirección y el sentido de las fuerzas. Se llaman poleas tensoras las que sirven para tensar los ramales flojos de una correa; se montan en un soporte articulado que, un muelle o contrapeso, las aplica contra la correa y, al tensarla aumenta su adherencia respecto a la polea conductora y conducida. Según su perfil, las poleas pueden ser planas o acanaladas. Las de canales múltiples se usan para correas trapezoidales. Las poleas son elementos integrantes de diversos aparatos y mecanismos.
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